Comisión 5
Introducción a la discusión del género
A la luz de la discusión generada a partir del encuentro Progresista de nuestro Partido, podemos señalar que el tema de género, tanto en la percepción femenina del mismo, como los avances logrados por las mujeres DC y demandas pendientes en las instancias partidarias, hoy se cruzan de forma inmejorable con la oportunidad histórica que actualmente vive nuestro país con la elección de la primera mujer como Presidenta de la República.
El tema del género, respecto de la igualdad de oportunidades y derechos de la mujer respecto de su plena participación en el ámbito público, se haya inexorablemente cruzado por una serie de contradicciones tanto en la forma como en el fondo, lo que se hace muy patente en nuestro partido.
Algunas de estas contradicciones en nuestro país las podemos encontrar, por una parte mientras las mujeres experimentan un avance de su participación en todos los campos de acción (laboral, social, político, económico, cultural,deportivo,etc.), al mismo tiempo el tema del género se cruza con formas de establecimiento de paradigmas culturales discriminatorios en especial en relación a los roles familiares, políticas salariales y la forma de ejercer el poder de una forma exclusivamente masculinas.. Esto es, mientras la mujer parece llamada a cualquier desafío en el ámbito público porque ya no parece cuestionable su capacidad de liderazgo para algunos sectores de nuestra sociedad, no necesariamente se le entregan a la mujer las herramientas para abrirle espacios en dichas instancias, particularmente a la hora de definir las funciones de ayuda que el propio Estado debiese otorgar para el cuidado de los hijos y la crianza de los mismos, como así también de la posibilidad de que sean los propios hombres quienes asuman una posición más activa en los roles anteriormente señalados respecto de la crianza y educación de los hijos en común.
Sin lugar a dudas se requieren de espacios políticos donde hombres y mujeres puedan participar de igual forma sin ser discriminados por motivos de sexo, exigiendo espacios donde ambos tengan igual cantidad de oportunidades de acceso a la toma de decisiones sin importar el género de éstos. Es por ello que ha llegado la hora de que el Partido Demócrata Cristiano establezca ciertos desafíos en pos de reformar la posibilidad de acceso de las mujeres a instancias partidarias y publicas.
Para asegurar la participación de la mujer en política, y en especial en el seno de la participación partidaria, se requiere necesariamente realizar un trabajo como partido político que involucre cambios legislativos profundos, asegurando la posibilidad de que las mujeres, y en especial las familias en su conjunto tengan redes de apoyo o protección para asegurar una educación de los hijos en edad preescolar, el aseguramiento de salas cunas que permitan a la mujer participar de los asuntos públicos. A su turno, se requiere además de propiciar un cambio en el sentido que la crianza de hijos en común en el seno del matrimonio se produzca en conjunto y no sea una sólo una actividad femenina. Debe propiciarse la paternidad responsable en donde hombres y mujeres asuman el rol de crianza de los hijos, para así lograr no sólo una mayor posibilidad de participación en los asuntos públicos, sino además un fortalecimiento de la familia como unidad social.
REVISIÓN HISTÓRICA DEL PROBLEMA
Dentro de la problemática del género han existido diversas tesis para comprender la discusión. En el seno de la comisión hemos entendido como válida aquélla tesis que se ha definido como la tesis progresista respecto del tema del género. En este sentido la tesis progresista ha entendido que el tema del género es un problema social y cultural, causado por la educación recibida que condiciona y que produce intereses diferentes entre hombres y mujeres. Esta tesis no acepta que los factores biológicos determinen las conductas, estas divisiones que no tienen orígenes biológicos, son culturales. Es con ello que se inicia una revisión histórica de cómo dichas características culturales han determinado el rol de la participación y el problema de la inequidad de los géneros en los asuntos públicos.
La revisión del problema del “género” en política es una discusión que se remonta a fines del siglo XIX donde las primeras mujeres chilenas se organizan para posibilitar su participación en asuntos públicos tales como la posibilidad de acceder a estudios universitarios, y el acceso al sufragio universal, derecho que sólo conseguirían casi sesenta años más tarde. Lo interesante de la primigenia organización femenina es que ella se produce al margen de los tradicionales partidos políticos y estructuras partidarias. Por ende dichas estructuras siguieron siendo instancias de participación pública cerradas a la participación masculina, y con una forma de concebir el poder y la participación en su interior, como instancias propiamente masculinas. Ello estructuró una forma de concepción del poder al interior de los diferentes partidos políticos como estructuras de poder exclusivamente masculinas y donde la mujer tenía sólo una participación secundaria más bien de apoyo a las tareas sociales, trabajos electores, organización de eventos de recolección de fondos,etc., pero jamás llamadas a ejercer liderazgo dentro de las estructuras partidarias. Parte de ello quedó establecido en el ethos de los partidos chilenos actuales, en especial de nuestro partido. La participación de las mujeres al interior de los partidos se produce sólo en situaciones de profundas crisis históricas, son ellas quienes mantienen la “llama” de la participación política cuando fue conculcada o bien lisa y llanamente prohibida. Expresión patente de aquello es el trabajo desarrollado en nuestro partido por miles de mujeres a lo largo de Chile durante los oscuros años de la dictadura militar de Pinochet. Las mujeres demócrata cristianas mantuvieron “la llamita” en muchos lugares tomando las directivas del partido en la clandestinidad, ello por el menor riesgo de levantar sospechas de las autoridades, o bien con la finalidad de resguardar el trabajo de los hombres, por su rol proveedor tradicional del hombre al interior de la familia, sin por ello no arriesgar muchas veces la propia vida o la integridad física como sucedió en múltiples ocasiones.
Lamentablemente el rol de la participación en política de la mujer, como de los jóvenes, a partir de la recuperación de la democracia vuelve a ser reducida a labores de segundo orden. Pese a lo anterior los gobiernos de la Concertación por la Democracia han establecido un plan de desarrollo de leyes y actitudes que han beneficiado la posición de la mujer en la sociedad y en especial en la política. El Presidente Patricio Aylwin otorga por Ley N°19.023 del 3 de Enero de 1992, vida legal al Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) con rango ministerial, encargada de velar por la igualdad de derechos y oportunidades para la Mujer Chilena. Expresión de ello han sido importantes cuerpos legales tales como la Ley de Filiación, modificación del Código Penal en lo relativo a los delitos de adulterio, modificación del artículo 1 y 19 Nº 1 de la Constitución Política de la República y la Nueva Ley de Matrimonio Civil, o la Ley de Violencia Intrafamiliar entre otras iniciativas. Durante el gobierno del Presidente Frei se crea el Plan de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres (1994-1999) y del Presidente Lagos el Plan de Igualdad (2000-2010) Estos Planes han sido ejes fundamentales para lograr los objetivos de generación de espacios y posibilidades de desarrollo y reconocimiento de oportunidades y derechos de mujeres y hombres.
Los gabinetes ministeriales de los gobiernos de la Concertación que ha ido evolucionando en pos de la integración de la mujer en materias de gobierno y participación política.El Presidente Patricio Aylwin solo tuvo una mujer, la Ministra Soledad Alvear del Servicio Nacional de la Mujer, éste evoluciono a la participación de tres mujeres en el gabinete del Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, cinco en el gabinete del Presidente Ricardo Lagos Escobar, y recientemente a un gabinete paritario de hombres y mujeres designado por la Presidenta electa Michelle Bachelet Jería. Sin duda la participación de la mujer en política se ha ampliado aún más. Hoy queda como tarea pendiente dotar de fuerza a redes de apoyo para que las mujeres puedan desarrollar su participación en todos los ámbitos de la sociedad, especialmente en el trabajo político y partidario. Para ello deberán modificarse las estructuras partidarias a fin de incorporar realmente a la mujer a los quehaceres del trabajo político-partidario.
ALGUNAS MEDIDAS IMPORTANTES: HACIA DONDE DEBEMOS MARCHAR.
A modo de propuestas resulta importante que seamos capaces de revisar algunas instancias de trabajo para mejorar la participación de la mujer y de igualdad de género al interior de nuestro partido.
a) Asegurar la participación de la mujer y la igualdad de género en las instancias partidarias debe pasar a ser una realidad palpable y no sólo un discurso políticamente correcto. Ello significa que deberán tomarse medidas concretas que aseguren que las mujeres tengan acceso para tomar responsabilidades partidarias y de liderazgo en los cargos del Partido Demócrata Cristiano. Medidas tales como la condena y sanción de actitudes que contravengan la participación o la limiten de cualquier forma. Las mujeres al interior del Partido Demócrata Cristiano deben realizar su participación desde las instancias normales de participación , Crear un departamento de estudio de temas que involucren los asuntos de género desde nuestra perspectiva, para tener elementos de juicios concretos para las proposición y elaboración de políticas públicas al respecto y los asuntos que involucren a la familia (este tema a tratar entre mujeres y hombres militantes)
b) Garantizar la posibilidad de que el Partido Demócrata Cristiano lidere la discusión de temas propios del género en instancias parlamentarias y de gobierno. La discusión de dichos temas ha sido tomada por sectores de la izquierda progresista, y lamentablemente el Partido Demócrata Cristiano se ha mantenido al margen de dichas discusiones.
c) En los últimos años hemos asistido al rompimiento o cambio de roles tradicionales, en especial compartir las funciones domesticas y cambiar el modelo de división sexual del trabajo, ello plantea un modelo diferente al tradicional dentro de la familia. Hoy todavía la mujer realiza doble jornada, el trabajo remunerado y el doméstico. Estos roles tradicionales de género aun existente especialmente en sectores populares influyen en la reproducción del circulo de la pobreza. Nuestro Partido debe liderar cambios profundos en dichas materias asegurando a la mujer una red de apoyo en su doble tarea desde la participación activa de un Estado que asegure la fiscalización y ayuda a determinadas condiciones laborales y familiares, como asimismo de una nueva definición de la tradicional manera de señalar a la familia nuclear.
d) Falta una mayor participación de la mujer en cargos electivos en votación popular, así como su inclusión en puestos directivos y toma de decisiones en organismos de Estado y privados. Debe haber una reforma al Sistema Electoral con Medidas de Acción afirmativas (ningún sexo podrá estar representado en más de un 60% ni menos de 40%), en ello el Partido Demócrata Cristiano debe tener una posición clara y determinante. Nuestro partido en la última elección parlamentaria, fue el que logró el menor porcentaje de candidatas electas, de todos los partidos.
e) Asegurar legalmente la no discriminación de sueldos en la empresa privada entre hombres y mujeres. Para ello el Estado tendrá que tener una participación activa y relevante por medio de incentivos y programas de apoyo a la empresa privada en dicha materia, pero asimismo de sanciones hacia quienes realicen dicha discriminación de género.
f) Asegurar una educación a la sexualidad y la reproducción. Acceso a la educación sexual y métodos preventivos en los consultorios de atención primaria (preservativos, anticonceptivos regulares, de emergencia y otros) para las mujeres. Sin ello sólo se acrecienta la desigualdad social de nuestro país.
g) Asegurar el cumplimiento obligatorio del artículo 203 del Código de Trabajo, dando obligatoriedad de sala cuna de la empresa o servicio, independiente del número de trabajadoras.
h) Protección efectiva a las victimas de la violencia de género y que se encuentren en grave riesgo de agresión. A) Protección policial b) Refugios o Casas de Acogidas
i) Reforma al Sistema Provisional con perspectiva de género.- Las mujeres presentan una menor densidad de cotizaciones para pensionarse con la AFP y en el sistema INP. Subir el montepío de las mujeres, que es rebajado al 50% del recibido el cónyuge fallecido.
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